Hasta el fin del mundo

Buenos días Señora,


Vengo a confesarle que he soñado con Usted.


Estábamos en su estudio, vestidos ambos "de calle", de improviso me ordenó que me fuera desnudando y la esperara con algún tipo de sorpresa a su vuelta mientras Usted iba a vestirse adecuadamente para la ocasión.


Se dió la vuelta y se fue, me quedé unos segundos parado sin saber muy bien que hacer, ¿que sorpresa esperaría de mí? No me atrevía a coger nada de Su sala sin Su permiso para ofrecérselo a su vuelta, así que comencé a desvestirme. Primero el jersey y la camisa, me quité los zapatos, y seguí por los pantalones... al tocar el cinturón de cuero comencé a darle vueltas a una idea...


Una vez totalmente desnudo, tal y como me ordenó; deslicé el cinturón de cuero negro por las trebillas del pantalón para sacarlo y me arrodillé para esperarla, no sabía cuanto tiempo había pasado ni cuanto tiempo tenía hasta que volviera. Una vez de rodillas, me puse el cinturón al cuello a modo de collar improvisado, los agujeros propios del cinturón quedaban muy lejos y de todas maneras se cruzó el pensamiento de que la única que puede cerrar un collar en mi cuello, es Usted y no yo, por lo que decidí sostener el resto del cinturón a modo de correa entre mis manos, con los brazos estirados, deseando que le gustara la idea y que quisiera cogerla con Sus manos...


Esperé...


A cada segundo que pasaba tenía más ganas de que volviera... y por fin... el ruido de sus tacones acercándose me sacó de mis pensamientos. No pude evitar levantar la vista para mirarla cuando entró en la sala, llevaba puesto unas preciosas sandalias de tacón, ese vestido de latex que me derrite y sobre todo esa medio sonrisa malvada que me vuelve loco...


Cogió la correa que sostenían mis manos y mientras me decía que le había gustado mi ocurrencia, tiró de ella, y el cinturón se deslizó ciñiéndose sobre mi cuello.


"Besa mis pies".


Es increible lo que me gusta escuchar esa frase salir de sus labios... Me puse a 4 patas con mis manos acariciando levemente Sus pies entre las tiras de las sandalias, besé Sus pies suavemente, primero el izquierdo, luego el derecho, Usted mientras sostenía la correa de mi cuello, tiraba de ella a placer haciéndome saber el control y el poder que tenía sobre mí. Comencé a subir tímidamente por Sus piernas, siguiendo la lazada de las sandalias, al levantar mi cabeza y mi cuerpo del suelo y durante un segundo, la correa perdió tensión, pero rápidamente su mano volvió a tirar de ella. Seguí subiendo lentamente, a besos cortos y pequeños, estaba a punto de llegar a su vestido de latex, deseaba tanto besarlo, lamerlo, olerlo, sentir Su piel a través del tacto del vestido...


Pero entonces se separó de mí, sin soltar la correa, me la puso en las manos y me dijo que me quedara de rodillas y quieto.


Volvió rápidamente y Se puso en mi espalda, tiró de mi pelo llevándome la cabeza hacia atrás, me ordenó abrir la boca y me introdujo una mordaza de bola, la ató fuerte en mi nuca obligándome así a mantener la boca bien abierta, dejándomela bien llena... y dejándome bien claro que me iba a quedar con las ganas de seguir besándola por mucho que lo deseara...



Cogió de nuevo mi correa...



"A 4 patas, sígueme"



Hasta el fin del mundo si hace falta...



EHQTLVPRDS

2 comentarios:

  1. No son muchas las palabras necesarias para expresar todo lo que experimenté en Mi ser al recibir esta "confesión"... Para Mi es un orgullo publicarlo íntegro tal cual lo recibí.
    Gracias

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  2. ¡Que bonito! Enhorabuena a ambos por vivirlo de ese modo fantástico.
    Domina Azu

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