Normas Básicas en Restricciones Metálicas

Cuero y cuerda, pese a ser firmes y seguros, pueden ser cortados en caso de necesidad, no así las restricciones metálicas, generalmente fabricadas en hierro o acero, como esposas y grilletes. En aquellos que ansían el realismo de la esclavitud, suelen preferirlo, por múltiples razones: el contraste entre la carne blanda y el duro acero, esa sensación inevitable, su frío tacto, y por qué no, es muy fácil y rápido de aplicar y requiere poca planificación.

Debido a la naturaleza implacable del metal contra la carne, la servidumbre de acero tiene su propio conjunto de problemas de seguridad. Desafortunadamente, muchas personas que utilizan las esposas no están familiarizadas con sus propias herramientas. Esto puede causar daños a sus compañeros de juego. Si se siguen las siguientes reglas se podrá disfrutar más intensamente y con total seguridad de las restricciones metálicas.

- NO COMPRAR ESPOSAS BARATAS.
La mayoría de las muñequeras baratas pueden ser fácilmente rotas o abiertas por la fuerza. Un buen par de esposas auténticas puede adquirirlas en tiendas especializadas de material militar o en un proveedor especializado acreditado, y no os costarán mucho más que unas compradas en un sex-shop. Para las esposas de fabricación estadounidense de estilo moderno, busque los de Peerless, Smith & Wesson, Jay-Pee, etc.

- NO COLOCAR LAS ESPOSAS DEMASIADO APRETADAS. El punto adecuado a la restricción con acero, manteniendo la seguridad, es sin lacerar la piel. No apriete las esposas más de lo necesario, siempre y cuando la circunferencia no se deslice, es lo suficientemente apretado. Todavía debe ser fácil de mover el aro en la muñeca del sumiso/a después de que se bloquee; el brazalete no debe presionar a piel en ningún momento.

- NO APRIETE LOS GRILLETES EN LAS PIERNAS.
Al igual que en las muñecas, no es necesario apretar excesivamente para lograr la atadura, con menos es suficiente para que nos se escape la extremidad. Si nos excedemos en la tensión generada, el sumiso/a no podrá caminar, y se podrían dañar los tendones de Aquiles o provocar moretones en los tobillos; no obstante, si ha de caminar demasiado, también es una opción colocarlas sobre las botas.

- No te dejes llevar por un precio atractivo, pues la calidad tiene un precio, y son muchas las tiendas, sobre todo on-line, que estafan con el material que venden respecto al aspecto inicial que presumiblemente te ofrecen.

- Mantén siempre las llaves extra a mano.
Nada puede arruinar una escena más rápido que tratar de liberar las restricciones y la constatación de que no encuentra las llaves.

- NUNCA SUSPENDER EL PRESO POR RESTRICCIONES DE ACERO NI ESTIRAR DE LAS MANOS ESPOSADAS.
Esto podría causar graves daños en los nervios y articulaciones. La elevación de los brazos por encima de la cabeza con grilletes de acero, incluso con los pies o el cuerpo firmemente plantados en el suelo, puede causar daño si la tensión es grande o se prolonga desde hace más de unos minutos.

- NO MOTIVAR MOVIMIENTOS BRUSCOS NI BALANCEOS HACIA LAS MUÑECAS ESPOSADAS DESDE LA DISTANCIA. Existe un considerable riesgo de romper la muñeca o el brazo de alguien de esa manera. También estudia previamente la posición más adecuada de la articulación antes de fijar la restricción, sin obligar a giros ni posiciones forzadas en las articulaciones, y así evitarás lastimar a tu sumiso/a.

- NO COMPRAR LOS GRILLETES SIN MECANISMO DOBLE DE CIERRE.
Dicho mecanismo está diseñado para impedir, una vez ajustada a la extremidad, que por el uso se extreme la presión pudiendo provocar daños y laceraciones. Dicho sistema fijación se abre girando la llave hacia atrás en la cerradura normal, y el bloqueo es presionando un pestilllo en un pequeño agujero en la parte superior, asegurando la fijación con facilidad. Otro tipo de bloqueos no resultan tan seguros, se abren sin querer y demuestran su fabricación barata, resultando poco fiables en su uso.

- PREFERIBLEMENTE, ESPOSA LAS MANOS A LA ESPALDA. Principalmente en esposas y grilletes con poca distancia máxima entre aros, une las manos a la espalda, puesto que hacerlo al frente puede ser peligroso para las articulaciones y hay también más riesgo de escapismo. La técnica adecuada sería que la palma de la mano estuviera una frente a la otra, por lo que cualquier tensión añadida en las mismas sólo afectaría a los lados exteriores de las muñecas que son menos vulnerables.
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Nota: Las imágenes que acompañan esta entrada son ilustraciones obtenidas de la RED.

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