Adiestrando a Gummisklave por Gummisklave de D.S.

Durante la primera sesión con Dómina Sharine, gummisklave cometió varios errores, siendo el último de ellos imperdonable: eyacular sin pedir permiso a la Dómina.
Aún así, Dómina Sharine cree que gummisklave, con un adiestramiento adecuado, puede convertirse en un buen sumiso. Es por ello por lo que ha decidido darle una nueva oportunidad citándolo para una nueva sesión.
A la hora convenida, gummisklave llega a los dominios de la Dómina. Tras el saludo inicial, es enviado de inmediato a desnudarse, debiendo presentarse inmediatamente a la Dómina ya desnudo. Dómina Sharine esta vestida completamente de cuero negro con unas altísimas botas de tacón afilado. La sola visión de la Dómina con esa indumentaria excita a gummisklave, quien es obligado por la Dómina a seguirla hasta una sala de adiestramiento, iluminada solamente por la luz de dos velas colocadas en sendos candelabros.
Una vez allí, ve que sobre el banco de azotes hay un bote de lubricante, unas bolas chinas y una máscara blanca de tela microperforada. También hay un papel con el siguiente texto:

Órdenes para Gummisklave
1) Lubríca tu esfínter anal abundantemente. Utiliza el producto del bote.
2) Métete las bolas chinas en la boca, todas las que puedas.
3) Colócate la máscara en la cabeza.
4) Coge las dos velas encendidas, una en cada mano.
5) Colócate de rodillas en el banco de azotes con las piernas abiertas y los brazos en cruz, sujetando las velas encendidas.
6) Espera a que llegue Yo.


La Dómina se marcha y gummisklave ejecuta todas las órdenes recibidas. De las bolas chinas hay varias que no puede acomodar en su boca porque le provoca arcadas. La máscara no le permite ver y le dificulta, pero no le impide, la respiración. En esas condiciones tiene que esperar unos minutos, que se le hacen interminables, a que la Dómina vuelva. Ésta lo hace fumando y se coloca delante del esclavo. Le levanta la máscara y ve que hay varias bolas fuera de la boca del esclavo. Además ha bajado los brazos respecto a la posición ordenada y las piernas no están todo lo abiertas que quiere la Dómina. Todos esos errores merecen castigo.
La dómina le extrae al esclavo las bolas chinas de la boca y comienza a metérselas en su recto, obligándole a contar una a una las que va introduciendo. Posteriormente comienza a azotar severamente al esclavo en las nalgas, obligándolo a guardar silencio salvo para contar los azotes que va recibiendo. Le propina 10 por cada error (las bolas fuera de la boca, los brazos bajos y las piernas poco abiertas) lo que hacen 30 azotes, tras los cuales las nalgas del esclavo están bien rojas. De su esfínter asoma el hilo que une las bolas que tiene insertadas en su culo.
Dómina Sharine ha captado perfectamente la personalidad de gummisklave y sabe la vergüenza que le produce que personas ajenas al mundo del fetichismo y del BDSM conozcan o perciban sus tendencias. Pérfidamente, decide explotar ese aspecto y le da instrucciones al esclavo de embutirse en un traje de neopreno.
El esclavo se pone a la tarea, pero antes de colocarse la parte superior, la Dómina le coloca un condón en su pene, asegurándose de que mantenga una buena erección. Una vez con el traje puesto, solo queda por cubrir de su cuerpo, parte de los pies, las manos y la cabeza. Tras azotarlo atrás diez veces más fuertemente encima del neopreno (por tanto sin marcas), la Dómina le indica que se ponga la ropa de calle encima, de manera que no se note que lo lleva puesto. Le ordena salir a la calle a hacer algunos recados. El calor asfixiante del traje en todo su cuerpo, el dolor de los azotes recibidos y su ano lleno de bolas hacen que el esclavo se excite hasta límites insoportables y en esa situación es obligado a salir a la calle con algún dinero y el móvil. Se dirige hacia la primera tienda que le ha sido indicada, recibiendo al poco tiempo una llamada de la Dómina, quien le ha obligado a contestar siempre con la coletilla “mi Ama”. Es decir si le pregunta en que tienda está, el esclavo debe contestar: “en la tienda X, mi Ama”. Dependiendo de la proximidad o no de otras personas, gummisklave habla con claridad y alto o bien muy bajito para no ser escuchado. Esto lo percibe la Dómina, quien va tomando nota para decidir el posterior desarrollo de la sesión.
En la segunda tienda que se le ha indicado, el esclavo recibe otra llamada, esta vez cuando ya se encuentra en la fila de la caja para pagar y por tanto con personas delante y detrás muy cerca. Además esta sudando a chorros por el efecto del neopreno, por lo cual acepta la llamada, pero se limita contestar con monosílabos sin terminar como le ha ordenado Dómina Sharine. Ésta le reprende y le ordena volver a sus dominios. El esclavo se siente aliviado por no tener que seguir en la calle en esas condiciones, pero también sabe que le espera un fuerte castigo por no haber cumplido a rajatabla lo ordenado por la Dómina.
Una vez que llega, Dómina Sharine con rostro enfurecido le ordena que vaya a desnudarse y a presentarse inmediatamente ante ella. Quiere que lo haga rápidamente, y gummisklave lo intenta pero el neopreno no se quita fácilmente por lo que tarda más de lo que la Dómina tolera. Ella, magnífica en su indumentaria de cuero y sus altísimas botas, le ordena arrodillarse para inspección, comprobando que las bolas chinas siguen en su sitio y el pene en erección con el condón puesto, colocándole a continuación al esclavo un ancho collar de perro en el cuello al cual engancha una cadena. Para relajarse, la Dómina enciende un cigarrillo y se sienta en su sofá. Tan solo con cortos tirones de la cadena, hace notar al esclavo que quiere que lama sus botas de arriba abajo. Éste se pone gustosamente a la tarea, no dejando un milímetro sin lustrar y metiendo enteros en su boca los altísimos tacones de las botas. La Dómina, antes de apurar su cigarrillo, decide practicar “trampling” con el esclavo, para lo cual le obliga tenderse como una alfombra a sus pies y le va apretando con los tacones en los genitales, nalgas y pezones. Gummisklave nunca había sido sometido a “trampling” antes, por lo que no puede reprimir gemidos cuando la dómina carga peso en su cuerpo provocando un agudo dolor.
Conocida la intolerancia de la Dómina con la emisión de cualquier sonido por parte del esclavo sin estar autorizado, ésta decide aplicarle un nuevo castigo: lo va a someter en el “Inversor-Rack”.
Para ello, lo sujeta firmemente con todas las correas que le ajustan completamente el cuerpo al aparato. Continúa con las bolas introducidas en su ano, el pene enfundado en el condón y con el collar en su cuello. La Dómina le vuelve a colocar la máscara blanca de tela microperforada por la cabeza, señal inequívoca de que le va a dejar en esa posición durante algunos minutos. En efecto, la Dómina se marcha de la sala, no sin antes poner el “Inversor-Rack” en la posición que le parece adecuada por el comportamiento previo de gummisklave y dejando la sala iluminada tan solo por dos velas, colocadas en sendos candelabros muy cerca de la cabeza del esclavo, que al respirar percibe el calor de la llama y el olor de la cera líquida.
¡Toda una premonición para lo que se le avecina!
Los minutos se le hacen interminables a gummisklave, pensando en lo que Dómina Sharine ha planeado.
Cuando por fin llega la Dómina a la sala, gummisklave no percibe el característico sonido de los tacones. La Dómina se le acerca, todavía sin retirarle la máscara, aunque gracias a las microperforaciones, gummisklave puede adivinar que Dómina Sharine ha cambiado su indumentaria. El olor, mezclado con el de la cera caliente, le resulta extremadamente excitante. Le quitan la máscara y ve a su Dómina enfundada de pies a cabeza en un “catsuit” de látex negro que se ajusta perfectamente a su voluptuoso cuerpo. El esclavo, ante esa visión de una Dómina soberbia, absolutamente sexy y espectacular, traga saliva y se empalma todavía más. La Dómina, que conoce la debilidad de gummisklave por el látex negro, se le acerca para “encenderlo” más y le enseña dos artilugios que ha traído:
- un arnés dildo de considerable tamaño, también de látex negro y
- un arnés de cabeza con una mordaza de bola rígida.
La Dómina comienza a utilizar todas las posibilidades que permite el “Inversor-Rack” colocando al esclavo en diversas posiciones desde cabeza abajo hasta en horizontal. En una posición, en la que el esclavo esta con la cabeza bastante baja y en inclinación, la Dómina se sitúa justo encima de su cara, de forma que el esclavo puede ver sus nalgas y toda su zona genital. En esa postura, la Dómina se coloca el arnés-dildo, pudiendo gummisklave ver en primer plano toda la maniobra, pero sin poder tocar, pues está completamente inmovilizado.
Cuando acaba, Dómina Sharine vuelve a cambiar la posición del esclavo, dejándolo ahora relativamente vertical (un poco inclinado hacia atrás) y con las piernas completamente abiertas, de forma que su ano, con el cordel de las bolas chinas asomando, queda completamente expuesto. En esa postura le saca la primera bola. Gummisklave se estremece con mezcla de placer y dolor y vuelve a gemir. Sin contemplaciones, la Dómina le coloca el arnés con mordaza de bola ajustándoselo firmemente. Continúa con la operación de extracción de las bolas del culo del esclavo, pero al mismo tiempo esta alternando con la aplicación de cera derretida sobre el esclavo. Éste solo había sido sometido a cera una vez antes por Dómina Sharine y en un grado de iniciación. Sin embargo, ahora la Dómina le esta aplicando cera por varias partes del cuerpo superando con creces la cantidad e intensidad de la anterior ocasión. Gummisklave, indefenso, sin poder moverse ni gritar se excita y ruega porque llegue el momento en que la Dómina tenga a bien el dejar la cera y decida sodomizarlo. Por fin, tras varios minutos, la Dómina vuelve a dejar las velas en sus candelabros. Se le acerca a su boca, deformada y llena de saliva por la bola de la mordaza y ríe sarcásticamente. Le dice al esclavo: ¡Cuánta babita tienes! ¿Quieres un poquito más?
El esclavo no sabe en que está pensando la Dómina, pero nota que le quita la mordaza y le obliga a abrir su boca. En esa posición, ella deja caer un enorme escupitajo directamente al interior de la boca del esclavo, diciéndole a continuación: “¡Dame las gracias por proporcionarte más lubricante para el dildo que vas tener que chupar ahora mismo!”
Dicho y hecho, la Dómina vuelve a cambiar de posición el Inversor-Rack colocándole de la forma que a ella le resulta más cómoda para que le chupen el dildo que lleva puesto encima del catsuit de látex. La Dómina le retira a gummisklave el condón que lleva puesto aprovechando para colocar otro en el dildo de su arnés.
Dómina Sharine obliga al esclavo a que utilice la mezcla de las dos salivas (la propia del esclavo y la de la Dómina) para hacer una “fellatio” al dildo.
El esclavo lame, besa y hace lo que puede con el dildo que le están haciendo lamer, pero no puede controlar en absoluto la profundidad de la penetración pues está inmovilizado.
Cuando la dómina se harta del juego, escupe en la bola de la mordaza y se la vuelve a colocar al esclavo. Le dice:
“Estás teniendo mucha suerte, pues de momento puedes disfrutar de tus cinco sentidos, me puedes ver con mi catsuit de látex, puedes escuchar mis órdenes, me puedes oler y ahora puedes deleitarte con el sabor de mi saliva en tu boca. En un momento, además, vas a sentirme muy dentro de ti”.

Dómina Sharine se sitúa entre las piernas del esclavo con el dildo apuntando directamente a su ano.
Dómina Sharine va conociendo los límites de gummisklave y en este caso, tiene plena confianza en que va a ser capaz de admitir toda la longitud del dildo en su culo. Empieza la penetración lenta pero decididamente hasta que le encaja todo el dildo. Moviéndose como experta que es, Dómina Sharine hace que el esclavo note el dildo en todos los pliegues de su canal anal, llevándole a una enorme excitación. Ambos pueden verse las caras, ella la cara de gummisklave mezcla de miedo y tensión al principio y con cierto regusto de placer en las sucesivas embestidas. Él, el rostro majestuoso de su dominatrix embutida en látex negro, usando su culo a su antojo, y sin que él pueda hacer lo más mínimo para evitarlo.
Al cabo de unos minutos, a Dómina Sharine vuelve a apetecerle fumar un cigarrillo y deja de sodomizar a gummisklave. Lo desata del “Inversor-Rack” y le vuelve a colocar la máscara blanca microperforada, aunque esta vez encima del arnés-mordaza, lo que hace que el esclavo tenga más dificultad para respirar. La Dómina ordena al esclavo que se quede en esa posición hasta que regrese, lo que hace esta vez en pocos minutos, trayendo consigo unas manoplas de látex, una capucha de pvc transparente y un potente secador de pelo.
Dómina Sharine se sienta en el sofá y tirando de la cadena acerca al esclavo a su cuerpo. Le retira la máscara blanca y la mordaza y le obliga a volver a chupar el dildo (ya sin condón) con el que le acaba de sodomizar. El esclavo, aprovechando la excitación que está causando en la Dómina, pasa su lengua por el traje de látex de la Dómina e incluso empieza a masturbarse con su mano derecha. A Dómina Sharine la estaba excitando el tener al esclavo chupando y lamiendo el látex, pero cuando observa las intenciones del esclavo de masturbarse y eyacular, monta en cólera y explosiona de rabia:
- primero le coloca las manoplas al esclavo para que no tenga posibilidad de machacársela.
- segundo le coloca una capucha de pvc transparente por la cabeza sin ajustársela al cuello, de manera que puede respirar pero con dificultad en cuanto que la bolsa se ajusta.
- tercero, la Dómina se quita el arnés dildo y agarra nuevamente con energía la correa del cuello de gummisklave.
Empieza a tirar de la cadena de forma que la cabeza del esclavo dentro de la bolsa de plástico transparente es dirigida hacia dónde ella quiere. Su intención es utilizar la cabeza del esclavo como un juguete que obedece todo lo que se le dice. De esta forma, el esclavo es obligado a quedar posicionado frente a las rodillas de la Dómina y de vez en cuando le aprisiona la cara dentro de la capucha a la altura de la suya, ajustando la bolsa para que no pueda respirar. La Dómina se divierte viendo como gummisklave abre la boca jadeante en busca de aire mientras ella hace como si le fuera a dar un beso a través del plástico.
La sensación para gummisklave es de muchísima tensión, pero el olor y la textura del látex y de su propio aliento caliente dentro de la bolsa le excitan más y más.
Cuando la Dómina se cansa del juego, decide someter a gummisklave a la más dura prueba. Para ello, ambos se trasladan a la sala dónde la dómina tiene su material de sacos y catsuit inflables.
Una vez allí, lo primero que hace la Dómina es obligar al esclavo a arrodillarse en el banco de azotes, ordenándole que se abra lo más posible de nalgas, utilizando sus manos en las manoplas para separar los glúteos de forma que su ano quede completamente expuesto. Mientras, Dómina Sharine va acopiando los materiales que va a usar: el rollo de film para momificar, cinta de bondage, la capucha de privación sensorial de látex y un enorme plug anal, así como multitud de pinzas y artilugios para la tortura genital y de pezones.
El esclavo intuye por lo que va pasar.
Nota como la Dómina le empieza a introducir uno, dos, tres y hasta cuatro dedos enfundados en guante de látex en su ano, lubricando abundantemente toda la zona. A continuación toma el plug anal y lo pone bien cerca de la cara del esclavo para que lo pueda ver. El esclavo empieza a temblar, está a punto de utilizar las palabras de aviso y alarma porque no puede creer que la Dómina le pueda meter ese plug sin desgarrarlo. La Dómina le acaricia la cabeza en un gesto de condescendencia pero no duda en empezar a insertar el enorme plug en el culo de gummisklave. Muy poco a poco va entrando, facilitado por el lubricante hasta que se inserta por completo quedando fuera solo el tirador. La sensación es completamente nueva para gummisklave, quien nunca había recibido en su ano un artefacto de tamaño semejante. Está incómodo, pero al mismo tiempo orgulloso de haber superado la prueba que la ha propuesto su Dómina.
Comienza a continuación la momificación del esclavo, práctica en la que Dómina Sharine es una auténtica experta.
En efecto, la Dómina empieza desde los pies hacia arriba no dejando un solo milímetro de piel del esclavo sin cubrir. Sus manos, metidas en manoplas, quedan pegadas al cuerpo por la presión del film de momificar. Concienzudamente y vuelta tras vuelta, la Dómina llega a la altura del cuello. Gummisklave todavía lleva puesto el collar y la capucha de pvc transparente por encima de la cabeza. Para poder llegar hasta el límite, Dómina Sharine, le quita el collar y la capucha y continúa momificándolo hasta la altura del cuello, por debajo de la barbilla.
Para conseguir mayor inmovilización, la Dómina le coloca cinta especial en las articulaciones, es decir a la altura de tobillos, rodillas, caderas, codos y hombros, con lo cual el esclavo queda inmóvil, sin posible escapatoria.
Pero esto es solo el principio. A continuación, la Dómina lo coloca dentro de un saco de látex inflable y en la cabeza le ajusta una capucha de privación sensorial de látex. Ahora entiende gummisklave el sarcasmo de Dómina Sharine cuando le decía en el Inversor-Rack que se diera por satisfecho por poder usar los cinco sentidos. Ahora va estar privado de todos. Una vez inflados el saco de látex y la capucha, el aspecto del esclavo es irreconocible. Solo se ve una figura parecida a un cilindro de látex negro con otra figura sobresaliendo en la parte superior en forma de esfera (la capucha con la cabeza dentro). De la esfera sobresale un estrecho tubo cuyo extremo interno está en la boca del esclavo y le permite respirar, cuando la Dómina lo quiera.
El saco presenta unas aberturas por las que la Dómina se ha abierto camino para acceder al pene y testículos del esclavo y también a sus pezones. Esto le permitirá eyacular, pero solo si la Dómina se lo permite.
Dómina Sharine empieza a torturar esas partes del cuerpo del esclavo a las que accede, mediante todo tipo de pinzas, pesas, espuelas etc.
Especialmente dolorosas le resultan a gummisklave las pinzas japonesas que la Dómina le coloca en sus pezones durante 10-12 minutos. No menos severa es Dómina Sharine con la respiración del esclavo, tapándole el tubo durante periodos de entre 10 y 20 segundos, de forma que gummisklave está a punto de utilizar el timbre de alarma en varias ocasiones. Consigue superarlo y la propia Dómina reconoce los progresos de su esclavo, por lo que a una señal convenida (tres cierres del respirador cortos y seguidos, como si fueran un código Morse) el esclavo sabe que está autorizado a eyacular.
Es la traca final, la dómina le coloca el vibrador en la parte inferior del pene y le cierra el tubo de respiración. Así le mantiene sin poder respirar durante más de medio minuto, notando como el esclavo ya no puede controlar o evitar la explosión, lo que finalmente ocurre de forma abundante. Esta sesión va terminar aquí, pero Dómina Sharine está recogiendo el semen del esclavo en un bote de análisis. En próximas sesiones, se comprenderá que es lo que tiene en mente para proseguir el adiestramiento de gummisklave.







Gummisklave de Dómina Sharine



3 comentarios:

  1. Oh, que grandes perversiones... y qué buen sumiso que se cede a tu antojo con tanta confianza...

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  2. Enhorabuena por el relato Señora. me ha encantado. Ya me gustaría tener un adiestramiento así Señora Sharine.

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  3. Todo tiene solución!!!!
    Le haré llegar extensivamente el agradecimiento a Gummisklave que es el autor del relato.
    Un saludo

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